sábado, 10 de marzo de 2007

Felipe Calderón: 100 días

Hoy cumple Felipe Calderón 100 días como presidente.
Mi punto no es debatir si se han cumplido o no y en qué grado los compromisos fijados por él dentro de ese plazo, podemos demostrar que se cumplieron 90 de 100 y habrá quien diga que no se ha hecho nada, me vale.
Tampoco se trata de seguir dándole oxígeno a los que más por demagogia que otra cosa interrumpen la presentación del libro 2 de Julio de Carlos Tello, ni a las minihuestes del Dr. Simi afuera de la casa del presidente del IFE, pero no hay que dejar pasar la oportunidad para felicitar a los que ya pueden poner su foto en el diccionario junto a la palabra "intolerancia".
Lo que quiero poner en la mesa es lo que nos toca a nosotros.
No se trata nada mas de decir que el que no comulga con nuestras ideas es parte del problema (y esa intolerancia a las opiniones ajenas es tema con bastante carnita), tenemos que ver qué nos ponemos a hacer nosotros:
¿Ya pagaste el agua? La neta yo acabo de ir después de un año, y no lo expresa lo suficiente la campaña al respecto: QUE POCA MADRE, me siento lo suficiente joven y saludable como para que me preocupe eso de aquí a 40 años (según deathclock.com a mi me lleva el carajo en el 2047), así que o nos ponemos con lo que nos toca (PAGAR) o fumemos y bebamos más para que cuando falte ya no sea nuestra bronca (no suena tan mal ese plan pero ese no es el punto).
¿Al corriente con tus impuestos? Ya sé que solo nos cobran a los que estamos cautivos y lo que debería de mejorarse es la recaudación, esa es la parte de la que nos toca quejarnos, pero por lo pronto cumplamos con nuestra parte, cosa que no cuesta mucho trabajo después del miedo que todos le tenemos a Hacienda gracias a Gil Díaz. Ahora, ya en plan propositivo están todos los clichés: honestidad, tolerancia, vamos, hasta esa temporada de teletón nos hace sentir como que no nos cansamos de dar y ayudar. Pero no se trata de agarrar las causas nice para poner de nuestra parte.

Asomémonos por la ventana, ahí está donde puedes ayudar, sin importar partido, religión o bebida favorita, y según las posibilidades de cada quien: Regálale un suéter viejo a la viejita que pide lana en la esquina, invítale un taco al cuate que se quedó sin chamba (no a mí, a otro), háblale a tu diputado a quejarte de lo que consideres necesario (si ponemos esto de moda, los ponemos a trabajar), compra productos mexicanos, come frutas y verduras, fenilcetonuricos: contiene fenilanalina.

En realidad no es nada nuevo, el chiste es que lo hagamos, carajo, o mínimo decirle a tu secretaria que lo haga, ya es algo. Transmítelo a tus empleados. Si das clases puedes influir en tus alumnos, que sea para bien (saludos, Elba Esther).

Todo esto para que le podamos reclamar a presidente, gobernador o alcalde (jefe de gobierno o delegado, es igual), que ya pusimos nuestra parte, les toca a ellos.

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